martes, 10 de mayo de 2011

Plash, Plash, chapotear en la orilla de los sueños mientras remojo tu cuerpo con mis caricias, corriendo el riesgo de ahogarme en los charcos de las gotas de tu perfume que en mi alma dejaste.

Pasar de inundar todos los espacios de mi agenda con tu presencia a acumular en el fondo de mi armario momentos en tu ausencia. Jugar a ser mi cenicienta que le gusta salir más allá de las 12, donde tu única prisa es la velocidad por regatear las malas experiencias y achuchar mis mofletes para sacar la mejor de la sonrisa.

Mientras hablo de sueños, hablo de tu terreno, donde ya se ha escupido todo el veneno y solamente se solapa la ilusión a un beso en la estación. Desnudarme en el ascensor que va subiendo peldaño a peldaño la pendiente hacia tus labios. Y lo mejor de todo, es que oigo pasos que se acercan a mi habitación aún a sabiendas de que eres tú, espero la llamada de recepción para coger el último vagón hacia tu corazón. Juntos hemos plantado una flor en Chernobyl de la que ni un pétalo jamás caerá, una bandera en plena guerra donde los colores son los de tus ojos y darme el graduado de la carrera del amor en la que nunca había tenido ni puta idea y había actuado como el mejor canalla que va de aquí para allá sin dejar de olvidar.

El tipo raro de la barra en el que me solía convertir cada noche se ha convertido en el pianista de la cantante de moda a la que el primer día te prometí una canción, la cual me cantarías mientras te escucho, aunque nada me fuese bien en ese momento, enloquecer en tu actuación y hacer que nuestros labios se pierdan por la ciudad y que nadie más sepa donde estarán. Me has hecho artista de verdad, mi foto ya está colgada de tu pared. Un sueño convertido papel. Traficar ilusiones para televisar nuestras canciones por todos los lugares donde ya más de dos será multitud.

¿Qué hay más bonito que un sueño? Tú ya me has tatuado la respuesta en los todos los huecos de cuerpo y que solamente es visible cuando nuestros cuerpos son rozados por la luna en la morada de los sueños. Tú, tú y tú.

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