lunes, 31 de octubre de 2011

Cuando la realidad te da una dosis de frialdad, un bofetón en el pómulo en el que esperabas recibirlo, tienes que convertir las viejas frases de "cuando te levantes, te caes", "no hay mal que por bien no venga" en auténticos esloganes que patrocinen tus pasos en los siguientes amaneceres. Sin embargo, otros, "no hay mal que por bien no venga" nos sitúan en un nuevo escenario producto de los sueños o de quizás una realidad futurista inherente a mi valentía.

Debo de estar en la costa, probablemente en el Levante y aparezco en una habitación caundo de repente, una chica empuja la puerta y aparece en el "recibidor". No sé como llegamos a esa situación pero nos besamos, un puro amor de piernas mojadas. Lo tierno de ésto era que ninguno sabíamos nada del otro, no había pasado ni futuro a ese instante, era concreto, era nuestro. Conforme avanza todo hacia un polvo inevitable, se empezaba a conocer pequeños atisbos de ella. Una chica que curraba para Renault, dando vueltas por todo el país. En realidad, la incógnita en la que estábamos viviendo, me encantaba porque era sin duda lo que me gustaba, ella me atraía por la forma en la que la situación se estaba desarrollando.

Tumbados o recostados sobre el alfeizar de la ventana, comenzamos a pasar a palabras mayores, nuestros cuerpos desnudos eran los únicos fines que perseguíamos. Le dije que era de Teruel, ella, frunció el ceño. Todavía no conocía su nombre, poco me importaba, sabía que en cuanto ambos traspasasemos la puerta de salida de la habitación, esta atmósfera mágica, este momento se iba a catapultar al montón donde todos siempe acaban. Le bajé las bragas y aprovechando nuestra posición y comencé a hacer lo que realmente se me da bien, roer su manzana que ya está quijada por mí.

Cara de placer que podía rozar con las puntas de mis dedos, los cuales estaban divirtiéndose por otras zonas, enebrando su sabía en ese establo ya encharcado. Una vez conseguido el pequeño objetivo cambiamos de lugar, ella se acercó a sus maletas, mientras yo me tumbaba. Me dijo que se iba a manchar en cuanto esta noche acabase a su tierra de vuelta. Pasamos al siguiente escalón, en ese momento en el que se consuma el color que había pedido, el sabor que a cada envite de mi cuerpo contra el suyo se iba perdiendo.

Adiós al momento al que jamás volveré, sé que muchas veces miraré atrás pensando en recogerte algún día a la puerta de tu curro con mi coche recién comprado. Sin embargo aquello a lo que llaman amor esos necios predicadores, me lo paso yo por los cojones. El amor, como tal, lo vives en esencias pequeñas. Lo que hay entre una dosis y otra, es humo feliz completamente disipado.

Soy todo un Don Juan, que se harta de reír mientras bucea entre tanta zorrera. Despierto sudando, o vuelvo a  mi cama después de este impás. ¿Será simplemente eso o un claro que brillará? Estoy ansioso por conocer esa respuesta.

martes, 18 de octubre de 2011

Aspectos extraños, resolución observable


Allá por 1935, el físico Erwin Schrödinger, propuso un experimento para dar solución a uno de los aspectos más extraños, a priori, de la mecánica cuántica.
Schrödinger nos propone un sistema formado por una caja cerrada y opaca que contiene un gato, una botella de gas venenoso, una partícula radiactiva con un 50% de probabilidades de desintegrarse en un tiempo dado y un dispositivo tal que, si la partícula se desintegra, se rompe la botella y el gato muere. El sistema gato-dispositivo está en un entrelazamiento.
Mientras no abramos la caja, el sistema, descrito por una función de onda, tiene aspectos de un gato vivo y aspectos de un gato muerto, por tanto, sólo podemos predicar sobre la potencialidad del estado final del gato y nada del propio gato. En el momento en el que decidamos abrir la caja sabremos si el gato está vivo o muerto, por lo que el experimento no tendrá solución concreta y correcta hasta ese preciso momento. Mientras tanto sólo podremos teorizar sin tener ninguna seguridad, digamos que tendremos que tirarnos a la piscina.

viernes, 14 de octubre de 2011

Porque el querer es temblar a veces
 
 

Una nube azul, asomo de tormenta y el otoño,en ti
es siempre primavera necesito huir
a un mundo de miradas transparentes
debí­ haberte besado más urgentemente
debí­ haberte ofrecido más en todos los sentidos
pero me enamoré de las gaviotas
que volaban a otros nidos.

Una cita hoy de aquellas de domingo
me podría­ salvar de todos los hechizos
estaré en el bar
allí donde se cruzan mis caminos
donde voy desmembrando a mis amigos
donde voy aduciendo la necesidad del beso
en vaporosos iris delatados de la mano de un mal vino.

Me paso la vida
buscando un enigma
pintando en el cielo
me muero en tu risa
no he estado en mejor estación que en tu pecho
Me paso la vida
buscando un enigma pintando en el cielo
y si me condenas
elijo la crucifixión en tu pelo.

Y pasea Madrid
al ritmo de mis pasos
y otro corazón que suena a blasfemia
pido algún favor
a las estrellas solas de la noche
y añoro la complicidad del coche
buscando aparcamiento como quién buscaba aliento
y todos los semáforos en rojo
eran puntos de derroche.

Me paso la vida
buscando un enigma
pintando en el cielo
me muero en tu risa
no he estado en mejor estación que en tu pecho
Me paso la vida
buscando un enigma pintando en el cielo
y si me condenas
elijo la crucifixión en tu pelo.


Semilla en la tierra

Duele, la vida como un puñal hay veces que duele
y nada tiene que ver con tu boca
que hecha para besar hay veces que muerde
que anuncia cordura y a veces se vuelve loca
Duele porque la piel no es materia inerte
Duele porque el querer es dolerse a veces.

Tiembla, la vida como con miedo
hay veces que tiembla
y nada tiene que ver con el aire
que mueve tu ropa en noches de luna escueta
que aprieta suelta y evoca y me enloquece
tiembla por los latidos que tu provocas
y también porque el querer es temblar a veces.

Y cada uno en su camino
va cantando espantando sus penas
Y cada cual en su destino
va llenando de soles sus venas.
Y yo aquí sigo en mi trinchera, corazón
tirando piedras, contra la última frontera
La que separa el mar del cielo
del color de tus maneras
la que me lleva a la guerra, a ser semilla en la tierra.

Y no me pidas tanto, corazón
que tengo poco aire en el pulmón
lo que tengo es un castillo en el cielo
si viene la guadaña a mi rincón
envuélveme la frente en tu sudor
y le das un beso a todos si me muero...

Ríe, la vida como un volcán hay veces que ríe
y nada tiene que ver con el tiempo
Se ríe porque para ella somos tan leves
como el humo azul que del pudor se desprende
ríe porque tu llanto se lo merece
y también porque el querer es reírse
a veces.

Vive, la vida por compasión
hay veces que vive
y nada tiene que ver con la muerte
Y cuando llegue ese instante
déjame verte
que no hay mayor libertad
que tenerte enfrente
y que nadie sea absuelto
por no quererse
y vive porque el querer es vivir dos veces.

Y si todo es semilla no me dolerá la astilla
que sangran de mi costado
tus andares de chiquilla, y no me digas nada,
déjame a mi
en mi ventana con los pies del otro lado,
yo me fumo mis mañanas.

Y que puedo hacer si cuando estoy en momentos críticos sólo pienso en que me agarres la mano, tiembles y que me sonrías. Porque solamente pienso en ti.

martes, 11 de octubre de 2011

¿Qué ocurre cuando no te vas a dormir antes de las 2 de la madrugada? Pues que dicen que nada bueno ocurre. Sin embargo, no creo que sea así, lo que sucede ha sido estribado por las circunstancias y hace de la situación un instante concreto encauzado por momentos previos. Y ésto que ocurrió fue sencillamente maravilloso.

Un mes rarito a nivel emocional para mí, con dificultades que no preveía. Momentos que no entraban en ninguna de mis ecuaciones, y sobre todo, por el cambio radical es un aspecto de una importancia mayúscula. Además, los cambios no sólo me han acontecido a mí, han sucedido también en ti, sufriendo tu mundo mucho más que el mío una profunda metamorfosis.

Porque no quería dejar nada así, ya que siempre estaba buscando evadirme de todo intentando encontrarte y sobre todo acercarte la mecha para que revientes tus miedos y temores. Castigandome por ir sintiendo algo que no te dije, desligando pensamientos para dejarlos huérfanos dentro de mi propia insconsciencia. Tengo siempre que sopesar todo demasiado cuando hay muchas cosas en juego, el caballo desvocado que siempre soy, se convierte en un pequeño potrillo necesitado de cariño.

La primera noche de las dos, convirtiéndonos en borrachos lastimeros, echamos a andar nuestras lenguas, ebrias gracias a ir a la deriva. Conejeras llenas de sentimientos maquillados por el instinto. Cariño que quería comprobar, sentir y vivir a cada paso de los segundos. Atracción que había superado todo pese a que he intentado durante este tiempo echarle una cuerda al cuello y frenarla sin embargo, no se puede engañar a uno mismo en esto del amor, en decidir cuando enamorarse, no se necesitan días de deliberación, cuando es real, lo sabes enseguida y con absoluta certeza. Me había olvidado ya de eso, pero no sabía que estaba a punto de recordarlo. Verte aparecer por la puerta como tantas veces habías hecho, fue en esta ocasión diferente, fue como una escena de película antigua, en la que el marinero ve a la chica en la otra punta de la pista de baile y se dice a sí mismo, un día tendré algo con esa chica.

La tarde del día siguiente, comprendí que abrirme completamente a otra persona conlleva siempre un gran ingrediente de locura, un toque de valor y hervirlo a fuego lento. Los grandes momentos de nuestra vida, no serán necesariamente las cosas que hagamos, también lo serán aquellas que nos ocurran. Cualquier día al salir de casa, nuestra vida puede cambiar totalmente. El universo tiene un plan y dicho plan está siempre en marcha. Una mariposa agita sus alas en un lugar y a 350km empieza a llover. Da miedo pensarlo, la verdad, pero a la vez es tan maravilloso... Todas estas piezas hacen que la máquina esté en constante funcionamiento, asegurándose exactamente de que estemos donde debemos estar en el momento que tenemos que estar, en el lugar adecuado en el momento adecuado. Podemos pedirle a este universo todas las señales que queramos para marcarnos la ruta a seguir, pero al final, sólo veremos lo que queremos ver, cuando estemos preparado para verlo.

Un concierto que debimos haber visto juntos allá por abril, nos sirvió para comenzar a desvanecer todas las jeringuillas que me inyectan a ti en mis venas. Por fin mi conciencia estaba deseando seguir el rumbo de mi corazón, y mi corazón el ritmo de mi cerebro. Recordaba mientras escuchaba las letras de canciones y sólo quería acariciar tu boca. Te dije que me venía a la cabeza aquello que te escribí allá por enero, y automáticamente nos abrazamos. La noche continuó y no quería despegarme ni un segundo de tu lado, vinimos al lugar donde siempre acabamos, rutina de siempre, bendito hábito.

Que cansado estaba ya, lo único que se desprendía de mí era el pensamiento de rozarte. querer que rías porque tu llanto se lo merece. Vamos todos al lugar donde curiosamente siempre acabamos. Allí, no podía dejar de mirarte, con la libertad de vivir con creces, buscando aún más si cabe el contacto con tu cuerpo. El querer es temblar a veces y por eso te agarré más fuerte. Intentando no besarte, pero no podía. Cúmulo de sensaciones cuando por fin lo decidí, múltiples imágenes azotando mi conciencia. Cariño sonriente de estar ahí abrazados, acariciándonos y sabiendo que en cuanto nos separásemos ibamos a tener miles de historias mentales en nuestra cabeza. Este momento ahí a tu lado, lo tengo enmarcado ya en la retina de mi memoria.

Te marchaste y no conseguí conciliar el sueño, una sensación que nunca había sentido, el estar muy feliz de lo que habíamos hecho, pero oscurecido por el temor a perderte. Horas acompasando mis pensamientos. Me gustaría ahora verte, y como te dije, los dos solos sin nadie más ni represalias. Coger una bola del mundo, darle la vuelta y marcar un lugar donde empezar desde el principio.

Eres la más grande, loca de remate, la sed que me entra cuando rebobino de beber más y más de ti, mojarme los labios con tus palabras, arroparte con la noche como testigo para que siempre esperes el momento oportuno para rebrotar. Darte mi capucha que no despierta en más lares que no sea en el de tu regreso sin escuchar el crujir de las agujas. Envuelve el cielo muchísimas más veces que yo te daré una a una las entrellas dentro de cajones de miradas.

Taconea el mundo entero, que de punta en blanco besarás, abrazarás y triunfarás, cada vez que empieces desde cero. 


Tengo la culpa de que hoy estés como estés, presionada por el sabor de ir de frente y de vislumbrar un fracaso. Me has hecho pasar de ser una bala perdida a encontrar el tambor donde todo tenga sentido y poder decir ahora que me des más, que jamás nos vamos a marchar y que sólo tú encontrarás en ésto la salida que seguro que será la correcta. Porque sin duda alguna, eres la única persona capaz de resolver este puzzle, imposible para el resto del mundo. Sólo tú eres quien puedes unir pieza por pieza incompresibles de encajar para los demás e ir viendo poco a poco la imagen que va formando para conseguir al final un precioso desenlace empedrado durante el transcurso. Pero sé que lo conseguirás :)

domingo, 2 de octubre de 2011

Siempre me quedará la duda de recordar de quien era la cara de esa noche

Os preguntaréis el por qué de esta imagen encabezando la entrada. Os voy a decir porque:

¿Quién te dice que una noche de sofá, cansado del estrés diario se puede convertir en una noche inmemorial? Aquí, os cito para que entre todos echéis una cable a la reconstrucción de los hechos.

No iba a ser una noche normal cuando te vienen a buscar a casa a las 11.30, y está la cena sin hacer. Mal comenzaba, empezando esperpénticamente. Pero chicos, habéis de saber que lo que mal empieza, bien acaba (o eso creo). Me peleo con una gran bolsa de hielos para introducirlos por el cuello de la botella de vino. Un calimotxo que iba a darle el sabor a la acción nocturna a priori.

Salgo camino de una chupiteria donde me esperaban los sabores más estrafalarios que podía esperar. Tequila + whisky, sabía que eso no podía ser bueno, que me iba a llevar bailar encima de pequeñas mesas con la intención de disfrutar a ritmo de huracán sin importarme el resto de la gente del más allá. Porque negarlo, comenzaba a templar mi cuerpo a ritmo del alcohol.

La siguiente parada era una fiesta en la que llegamos, vimos y vencimos. Significaba otra etapa más quemada en mi carrera alcohólica agazapandome en farolas o señales de tráfico. Llegamos a un bar en el que ya no recordaba el nombre y bailamos, pintamos el karaoke y .....

Amigos en la calle....

Cruzando el puente...

11.30 am. ¿Puedo irme a duchar?-me dijo ella.
-Sí hombre sí.

Se marcha igual que volvió. Yo me levanto de la cama entro a la cocina y veo un par de botellines de cerveza y una sandía.
Sí, así fue como me quedé cuando vi la sandía

¿De dónde había llegado esta sandía? ¿Quién era la chica? ¿A quién había llamado por la noche? Espero meterme en los recovecos de mi memoria para algún día contaros como llegó esto a mi casa y quien era esa chica.

A partir de este día, esa noche será recordada como la del "Incidente de la Sandía".

sábado, 1 de octubre de 2011

:). ¿Cuál es el significado de esa sonrisa? ¿Qué acertijo tienes que desentrañar para hacerla enloquecer? No sé me pasa por la cabeza una solución aparente, rápida o concreta, simplemente es ser como somos, ejecutar nuestros corazones.

Arrancadas vigilias acicaladas en charcos de madera. Siempre te parece que truena y después de descoser los hilos te das cuenta que no era para tanto. Llegar como has hecho hasta las estrellas ha sido realmente duro, no apto para acojonados, ni para gente sin dueño ni sueño. Quemar horas que siempre has dejado jadeantes, ocasos enmudecidos por encima de los que tú siempre has conseguido pasar, metiendo fuego a los infiernos que te castigan. Acuerdate cuantas lunas has derretido para ahora no sentirte huérfana dentro de ese gran panal.

Tienes mil y un hilos de los que tirar cuando parezca que todo está deshecho, una gran tropa de credos abiertos y ebrios de ser tus luceros, sin apagarte el faro que te deje a la deriva. No te dejes envenenar por ti misma, por tus dudas, por tus miedos, por el temor a que todo salga mal, a estar en un lugar que no es el tuyo. Desnuda tu alma por todos esos lugares, fabrícate cicatrices con lápices de colores y echa raíces como has hecho por todos los sitios y corazones por los que has pasado, entrando siempre para quedarte.

Sé que es difícil todo ésto para ti, un trabalenguas al revés, inevitable en cierta medida, ojeras de no haber dormido. No dejarte a ti misma descansar en paz, no te deja despegar. Meterte dentro de todo ese gentío, ponerte por encima de todos, y ser la reina que siempre has sido, dándote un festín de felicidad a base de mancharte las manos, de construir una gran cabaña sin fallos donde puedas ser otra cosa que no es más que ser tú misma.

Eres la más grande, loca de remate, la sed que me entra cuando rebobino de beber más y más de ti, mojarme los labios con tus palabras, arroparte con la noche como testigo para que siempre esperes el momento oportuno para rebrotar. Darte mi capucha que no despierta en más lares que no sea en el de tu regreso sin escuchar el crujir de las agujas. Envuelve el cielo muchísimas más veces que yo te daré una a una las entrellas dentro de cajones de miradas.

Taconea el mundo entero, que de punta en blanco besarás, abrazarás y triunfarás, cada vez que empieces desde cero.
Oooooyoooyooii!! Tormentas revientan una y otra vez sobre mi cabeza, tirando al traste meses de cosecha, cauces serenos y estómagos hambrientos. Soñando con hogazas cada mañana y cada vez, revolver el cajón de la rabia que te aprieta en la sien, quemando los correajes que te pretendías atar por siempre a mi cintura. Frío que sólo yo se calentar, raíces echadas cuando ya no miro hacia atrás. Despintar pesadillas en mi retina, empujando al barquero infernal hacia la ruina del frío viento.

Regreso más ambicioso que nunca, arrasando este alboroto al que nunca dejaré escuchar lamentos provenientes de mis labios. Voy a aparcar mi borrachera en la calentura de los paseos de tu mano, ser el cabra que te marque el norte zapateando el sur, inventando un mundo entero mientras a ti, te beso bajo un brillante cielo. Deseoso que caer entre tus dedos, que me acarician bajo las nogueras mientras quemamos mil y una aceras. Comadronas de noches viejas, sable a la sin razón, desatada cuando noto tu sabor.

Dispuesto a escribir este cuento todavía vacio, uno que será recordado por todas las mamás de pequeños que no pueden conciliar el sueño, dictado por comadronas en el momento en el que se disipe la duda de saber que saldrá. Porque quiero refugiarme en la majada de tus abrazos, a la espera de azotar las alas para una y otra vez remontar.

No pienso en ponerle sal a mis sinsabores, ni se me ocurre la idea de bajar más allá de tu bragueta, seguridad en ti misma y hacer del pedigrí de tu sonrisa una melodía que me despierte cada mañana.