martes, 28 de diciembre de 2010

Pio, Pio, ¿quieres ser un pájaro y volar de aquí pa'llá y sentirte el puto capitán del mundo entero?

El placer que me supone revolotear, abandonando a tiempo el desecho creado por mis picotazos, dejarme llevar por el viento, volar lejos de aquí, porque ya estoy envenenado otra vez de un pigmento de ti, así que huyo...

Pero no puedo parar de dejar de volar, mis alas no me dejan vivir mi vida, marcar caminos con mi Z de zorro, ni a pararme en tus ramas a comer de tus frutos, ni nada, porque como ya digo, quiero sentirme el rey del mambo, pasando de aguiluchos que quieran dominar, mandarlos a tomar por culo, como me mando a mí de una patada.

Y cuando pienso si estos latidos tienen sentido, si también lo tiene pegarles un puñetazo a las agujas del reloj para hacer correr el tiempo y así olvidarte antes de que tú lo hagas, ser un hacha de los mil debuts, ir quemando trajes de princesas y quedarme con el cuerpo desnudo de ellas, entre mis alas.

Sin embargo todo no queda ahí, quiero seguir volando, volar y volar, más allá de las estrellas, hasta que ni las vea de lo arriba que estoy, aunque, por muy alto que suba, por allí andas tú, y, como a Ícaro, derretiste mis alas y me estrellé contra el suelo.

Por mucho que intente surcar una y otra vez el firmamento, estarás conmigo, a mi lado, dispuesta a darme lo peor, pero también lo mejor. Pio, pio cantas en mi oído... y otra ostia contra el suelo.

lunes, 27 de diciembre de 2010

Ho, Ho, Ho, todo el mundo a dormir, Papá Noel va a venir y si nos encuentra levantados no nos va a regalar nada...

Sueños de la infancia, recuerdos navideños cuando anhelabas un futuro con tu pareja, decorar un árbol poniendo tu una bolita poniendo ella una serpentina, negociando evitar una caída, que no se rompa nada, un auténtico trabajo en equipo. Pero la Navidad no son todo sonrisas, al menos para mí, porque en estas fechas me vienen a la cabeza esos niños africanos que mueren cada día y son olvidados, esas enfermedades sin cura, bocas que no pueden ser llenadas por comida, abusos a la mujer.

Así que estos días no son más que otros que tintan de rojo la cruda realidad, que le ponen barba a los peores sufrimientos y que nos llevan a gastar como cabrones para no hacer más que acrecentar las desigualdades sociales.

Para todos nosotros, Feliz Falsedad, para todos aquellos que sufren cuando se despiertan, que dicen, joder, otro puto día en nuestra vida, más penitencia, más crueldad. Para ellos, un día ésto cambiará y ese día juntos gritaréis. FELIZ NAVIDAD

sábado, 25 de diciembre de 2010

Ring, ring... 48º51'44'' S.... 2º21'4''E. Reposo cansado en la cama, cuando suena el teléfono. Miro a mi alrededor, noche cerrada, tapado hasta las trancas.... El puto teléfono sigue sonando... ¿Si? ¿Digame? ...

Llamadas pérdidas, desvíos activos cambiando la dirección de las llamadas hacia un lugar con una ubicación no premeditada, hacia una cabina telefónica huérfana en un desierto, donde nadie jamás va a responder. Pero a mi me da por volver a insistir como el 101 % de las veces, subirme en el ferrari de la adrenalina y coger a la llamada entre los dedos, y de un empujón lanzarla al lado de tu soledad.

Sí, aquella noche para telefonear a alguien en vano, un gesto de pretar el botón verde para oir tus palabras... ojala todo fuese tan fácil. Pero hay veces que estás lejos, y no puedes conseguirlo o porque no tienes dinero que gastar o porque ya no tienes a nadie a quien llamar. Te encuentras fuera de covertura, porque ella a decidido tirarte a la basura, hacerte un príncipe que no será rey, te han apretado el botón rojo y adiós a todo. Sin embargo, afortunadamente, todos tenemos los dos botones para dar coba a quien queramos y cuando queramos deternernos.

Ring, Ring, ¿Agencia de viajes? Un billete en clase business hacia la zona centro de tu cuerpo, hacia tu corazón.

viernes, 24 de diciembre de 2010

Ñeeec, Ñeeec... rugen los muelles de tu colchón, cuando ahora, soy yo el que me levanto, levanto la mano y me marcho.

Una despedida amarga, un cañonazo en todo el corazón, pero que ya lo había ido preparando, siendo un estratega, un jodido chulito de playa, valdándome a sorbitos de tu entrepierna. Me he consumido, me he desgastado, has hecho que las noches cálidas de agosto se conviertan en malditos amaneceres de febrero.

Ahora decido probar suerte, quiero ver el bosque a través de los árboles, hacer 300 noches con sus respectivos 300 besitos de buenas noches, tirarme a la tempestad, porque siempre llega después la calma y allí me quedaré dormido, colmado de pasión, debajo de tu edredón.

Pero me paro a pensar, te digo adiós pero, ¿te sigo queriendo?, quizás no consiga olvidarte o a lo mejor nunca te he querido, ni tú a mi tampoco o nos queríamos demasiado. De momento en mi retina queda tu sonrisa desnuda, tus pechos entre mis dedos pero tu te has quedado con mi sueño, mi sueño mercenario de que aunque te diga adiós para siempre, en mi conciencia siempre quedará tu recuerdo mudo, expectante.

Sí, mi boca ha vuelto al mercado, mis abrazos vuelven a tener precio, pero que no se compran con dinero, tienen el precio del respeto, el aprecio, el cariño, en conclusión, del amor.

Ñeeec, Ñeeec, ¿qué es lo que resuena ahora, son los muelles de mi corazón que vuelve a palpitar respirando pasión?

martes, 21 de diciembre de 2010

Zzzz, Zzzz...sueño que en un día te encontraré...

Un sueño profundo que me haga evadirme de la realidad, una droga otorgada a nosotros desde que somos parte de este mundo, que tenemos que disfrutar cada noche a las 12, cada tarde después de engullir un gran manjar, que nos sirve para construir un mundo nuevo, un mundo sin líos ni problemas, donde podemos pasar de ser reyes y buscar a nuestra princesa, montándonos nuestro propio cuento, a ser un trapecio esperando a nuestro trapecista nos balancee entre sus dedos.

Cada noche nos toca ser un personaje nuevo, montar un nuevo guión, reflejarnos en un nuevo espejo, que nos devuelve la imagen que queremos, y que incluso nos dibuja a la persona que también anhelamos.

Pero también hasta éstos pueden truncarse, convertirse en pesadillas cuando crees que todo va a ir bien, afortunadamente despiertas, sudando, nervioso y acojonado por el mundo en el que te ha tocado vivir en esa noche...

Y entonces cuando vas de la mano ya con la chica que has conseguido, la auténtica mujer de tus sueños, suena el maldito despertador, que te patea fuera del colchón y te hace saltar a la realidad. El problema es que cuanto más intentas recordar los sueños, menos te vienen a la mente, así que la mujer de tus sueños tiene que esperar un día y otro más, volviendo por al atardecer y desapareciendo al alba.

Zzzz, Zzzz, Cariño, ¿recuerdas aquel día que soñé contigo?

lunes, 20 de diciembre de 2010

Shhh, shhh.... silencio de biblioteca, silencio, el lenguaje de los sentimientos, el que es capaz de transmitir cosas muchos más profundas y más bonitas que cualquier palabra.

Todos nos hemos tumbado alguna vez en una verde campiña mirando las nubes, solos aunque con el silencio cantándonos al oído la más dulce canción de amor cantada, cualquier poema todavía no escrito. Todos hemos estado alguna vez con los pies en el río, notando que el agua está fría, helada, pero aquí el silencio también te acompaña animándote a chapotear un rato, enseñándoles a las hojas su lenguaje y haciendo soplar con fuerza el viento para que juntos conecten en esas tan armónicas notas.

Silencio también cuando ando descalzo hacia tu habitación, pisando el parqué medio destartalado, con miedo de que no estés en ese momento en ella, pero el silencio me anima a probar suerte, a darle rienda suelta a la pasión. Aquí también el silencio te enseña todo, pero a la vez nada si no tienes el valor de lanzarte a sus brazos, de corretear desnudo por toda una pradera nevada, a quemarte con la vela que ardía en tu primer cumpleaños, a chocar la mano a cualquiera que no esté bien, a tirarte de cabeza en piscinas de esas que hinchabas a soplidos hasta que te lloraban los ojos, a organizar una fiesta para un pueblo entero en un bar de 40 metros cuadrados, ir a donde dicen que suena la canción, donde dices que solo te quedas, que aunque parezca triste, que aunque quieras que el olvido se lleve ese momento, el silencio hace que cada momento sea único, dando importancia a que cuando abra la puerta de tu habitación me estés sonriendo desde tu escritorio, a que me abraces, a que me comas a besos.

Y justo en ese preciso momento, cuando mis labios rozan los tuyos, justo ahí, has comprendido al silencio, ha llegado el momento adecuado, se ha cerrado el círculo. Shh, shh...

domingo, 19 de diciembre de 2010

Bzzz, Bzzz... Bienvenido a la Colmena, eres una abeja más, un obrero cuya única función es preparar esa dulce miel para que tú la degustes y disfrutes de este curro que tanto me ha costado hacer.

Pero todos te la hacen, tienes muchos sitios donde picar, miles de mieles que catar y eso es lo que haces, revolotear de flor en flor, sacando el jugo a cada una de ellas sin tener en cuenta quien las riega, eso no te importa un cojón.

Así van las cosas cuando tú eres la jueza, cuando eres la que repartes el material, la que conviertes agua en vino, pero es la imagen que te gusta ofrecer, ser una profesional del amor, quererte sentir de vez en cuando un juguete sexual para todos, el mejor consolador o cualquier eslabón de un aparato reproductor, juegas a ser una de esas repudiadas (por desgracia...) por la sociedad, pero juegas con el morbo de la situación.

Y las otras veces te escondes, desapareces, te subes al trono de las redes sociales, a ser la reina de picas, a colarte por cualquier ventana, y sobre todo por las mías, para que sólo te meta mano, para maniatarme como a una marioneta herida que sabe que jamás estará con ese titiritero que la manipula como haces conmigo, oxidando mis mejores caricias, corroyendo mis ruidos huecos cuando te beso, consiguiendo ser una persona que no conoces pero tienes entre tus brazos, ser tu trofeo, el ciervo que colgará de tu salita de estar y yo, enloquecido, me quedo quieto parado, dejando que pasen abriles pero aunque pasen inescrutablemente, cojo el pincel de mi amor y pinto un lienzo de tu cuerpo desnudo que sólo podemos ver los dos.

Algunos escriben en el asfalto te quiero en todos los idiomas, eso, para ti se traduce a ésto: Welcome to the Beehive, Bienvenu à la ruche, begrüßen Sie den Bienenstock, Benvenuto all'alveare, bem vindo ao colméia. Bzzz, Bzzz...

viernes, 17 de diciembre de 2010

Pipipipiiii,Pipipipii... 7 a.m, corre, atenta, despierta, que la mañana ya nos está punzando en la nuca, corre, atenta, levanta que el mundo se mueve otra vez y nos vuelve a tocar ir a remolque.

Remolque otoñal que han hecho que las pocas hojas que habían crecido durante esa primaveral primavera, que hasta esta mañana estaban pendiendo de su fino tallo en las arterias de mi corazón, hayan caído. Ahora reposan en el suelo, devoradas por los más severos cañonazos de tus dudas, las dudas de un bañista que no sabe si entrar en busca del horizonte cuando la bandera roja es la que ondea entre sus cerrojos...

Un otoño tras otro, estas hojas rasgan mis tejidos, estableciendo profundas cicatrices dignas de cualquier novela fantástica, llenas de tu resina, sabia de tu cabellera. Malditas cicatrices que me han llevado a recordar a tus respiraciones aceleradas acompasadas simulando un auténtico orgasmo musical. No quise ver más allá de tu falda, otro otoño más, me quede mirando como se despeinaban sus pliegues, que por aquel entonces formaban ya los zurrones de tus piernas, que yo quería colgar a mi hombro y que fueses mi amazona para llevarme en busca de la esa luz efímera del final del túnel, pero que, aunque la busques, no existe.

¿Quieres café? Estaba dispuesto a dártelo todo hecho, a encallar entre tus pechos, a teñir tu bañera con leche cleopátrica, todo para escapar de la cama mientras tus carantoñas hipócritas arrasaban las cunetas de mi corazón que el otoño seguía desolando.

Otra vez me toca quedar perdido en el culo de un vaso vacio, descalabrando mi mundo cada vez que me meto tu vida, destrozando cada una de las poquitas raspas de pescado que quedaban dentro de mi, y que ya ni el betún les podría devolver su piel, su auténtico color, tu auténtico besuqueo que ya que jamás me entregaste y que como guitarra tocando el mejor solo de rock & roll, supuraste cada uno de mis poros, luchando contra los tallos que de verdad crecían en mi y que te encargaste de quemar, no con un mechero, sabías que eso no iba contigo, los quemabas a través de una lupa a la que atravesaban los rayos de sol para así mientras los quemabas ibas viendo con un minucioso detalle como los ibas jodiendo.

Pipipipiiiii, pipipipiiiii, se te están pegando las sábanas, corre, son las 7.01 a.m, sé rápida para que no me entere cuando te marchas.

miércoles, 15 de diciembre de 2010

Glú, gotas de tu néctar caen sobre mi tejado en llamas, glú, lágrimas heladas resbalando por mi espalda. Todo preciso, todo conciso, todo recogido por unas agujas de reloj que a nadie más que a mi, le gustaría detener.

Todo ésto nos situa en un frío paraje, cuando la neblina acaricia las copas de los árboles y yo, vagabundo prisionero de tus risas de carmín, sobrevuelo las capas de nieve sobre esa alta cumbre...

Alcoholizado perdido, juré por aquello que sólo tú y yo sabemos, que nada nos separaría, que ni un leve abismo apareceria entre nuestras manos entrelazadas en cada cantar, pero de repente, empieza a llover, otro glú eterno nos abarca, la tormenta se desplega con toda su dureza y dulzura clandestina.

Las mejores fragancias de terciopelo que me saben a aguardiente aceleran mis pulsaciones cada vez que te veo agonizar entre mis piernas, con el mayor de los pigmentos, la más absoluta sensualidad hecha gesto y movimiento elegido por todos aquellos que conjuraban contra nosotros, mientras sólamente competiamos por deslizarnos sobre la superficie helada creada por tantos glús, por tantas firmas anónimas recogidas en agendas escolares, en puentes de Roma, en interminables visiones sin miradas o quién sabe, en inacabables miradas sin ver.

Una puta madrugada en vela, pensando en como recibirte cuando vengas a visitarme a la mañana siguiente, mi tendencia del s.XXI, extremismo sexual denomianda por los más reaccionarios a los corazones, me invita a recibirla con las vestiduras de mi débil cuerpo desnudo, a la par que inerte cuando no te rozo, pero YO, sé que no estoy desnudo a tu lado, porque mi camisetita de marca son tus tequieros, mi calzoncillos Calvin Klein que tanto se usan son tus caricias y mis guantes de lana, son tus sms cuando sólo el frío es mi compañero de viaje, cuando una gota de agua empaña mis gafas,glú.

martes, 14 de diciembre de 2010

Crash, oyes eso en tu interior de repente, gracias a una respuesta, a una mirada, a un gesto inocente que aparece de entre las sábanas de tu cama para agarrase a tu cuello, jugar con tu pelo sabiendo que eso simplemente va a ser un dejavu infinito, porque todo ahora es humo.

Humo de sus cigarrillos apoyados en el cenicero de una taberna del s.XVIII, donde bebes la mejor cerveza del barril más antiguo del antro, catas un poco de vino de esos que pintan como denominación de origen y que solamente sirven para juguetear con tu lengua cuando lo vas tragando.

Toda una puta tarde de nanas de carrito, de ser el chico malo del grupo, de recorrer avenidas llenas de gente y sentirte solo, deteniéndote sólo en un momento, en el que te das cuenta de que todo vale cuando te has fijado en esa otra persona, esa otra llanera solitaria, que va a saldar la deuda de tu corazón, buscando sus broncas cuando sabes que estás siendo el tipo más calibrado del mundo, el personaje más desdibujado de cómic, la píldora del día de después que se encarga de acicalar tu sonrisa.

La acción continua, recorres caminos donde la tierra es la mejor amiga de viaje, teniendo un rally con los árboles, a ver quien es el pistolero más rápido, el que más rápido acciona el embrague para cambiar de marchas y quererte estrellar contra una roca irrevocable para despertar del sueño de atar cordones a las 3 de la madrugada, dar volteretas en tu cama acercándote a su cuerpo desnudo que juega con tu pelo, sabiendo que eso siemplemente, fue, es y seguirá siendo, un dejavu infinito.